El Rey León, reseña
teatral.
El Rey León es una de
las obras de teatro más famosas de la actualidad y su popularidad ha aumentado
de tal manera que no se ha dejado de presentar desde 1970 y ha sido vista por
más de 80 millones de personas a través del mundo. Hace no mucho esta
producción se presentó en la Ciudad de México y una compañera nuestra tuvo la
oportunidad de asistir. Ella, que es perteneciente al club de teatro de la
escuela, nos ha dado una reseña de la obra, la cual mostraremos
a continuación.
El Rey León
Musical
La producción de
teatro es interpretada por un elenco internacional de expertos en el área de la
actuación el canto y el baile, cuenta con 35 personas talentosas de México, 9
pertenecientes de otros diversos países de Latinoamérica y 7 impresionantes
interpretadores originarios de África, imprescindibles para la producción de
esta obra y principales responsables de vigilar la dicción y pronunciación del
resto de los actores hispanohablantes.
En mi opinión se trata
de un musical excepcional pues cuenta con la infraestructura y personal de
primera calidad. El material de la escenografía así como el escenario mismo
están diseñados única y exclusivamente para esta obra, lo cual vuelve el
ambiente mucho más amigable y los cambios de escena mucho más rápidos,
silenciosos, y facilitados.
Respecto a los
títeres, mejor denominados como "puppets", por su palabra en inglés
en el lenguaje Teatral, están hechos de fibra de carbono, un material muy
Líbano pero que aparenta pesadez y textura. Estos puppets cuentan con complejos
mecanismos de movimiento y expresión que le ayudan al actor a dar vida a cada
personaje.
A pesar de la
practicada con la que se han diseñado estos instrumentos, algunos actores
tienen que cargar con muchas dificultades para poder operarlos, por ejemplo los
actores respectivos a las hienas, quienes tienen que manejar ambas patas
delanteras del puppet con la mano izquierda mientras que con la derecha operan
la cabeza, junto con todas sus facciones, de igual manera tienen que adecuar su
cuerpo a una postura encorvada para adaptarse al traje que llevan puesto en
todo el cuerpo, y todo esto debe ser combinado con canto, baile, actuación, e
improvisación.
Otro ejemplo sería el
de los famosos personajes pumba y timón. Él puppet de pumba vendría siendo el
puppet más pesado operado por un solo actor, llegando a pesar alrededor de 20
kilogramos. Y a su vez el puppet de timón que es operado por una persona que
debe controlar con ambos pies las piernas de este simpático animalito, a la vez
que con la rodilla derecha controla un brazo, con su brazo izquierdo da vida a
la mano del puppet, y con su mano derecha da movimiento a la cabeza y mandíbula
de la amigable zarigüeya.
En el campo auditivo
se debe mencionar que esta obra cuenta con una impactante banda sonora en vivo
que maneja todo tipo de instrumentos musicales, en especial de percusión, los
cuales brindan mucha vida y emoción a cada escena. De igual manera las voces
que participan en esta obra de teatro son claramente talentosas y bien
entrenadas, cuentan con excelente dicción y pronunciación.
Sin embargo, cabe
mencionar que las canciones, si bien mantienen el ritmo original, han sido
modificadas en las letras, lo cual puede llegar a molestar a los espectadores,
aunque es cierto que quizá las canciones originales no cuenten con la mejor
traducción, para muchas personas se han vuelto un icono indispensable e
irremplazable de este musical.
Como última
observación me gustaría decir que aunque es tremendamente respetable y
admirable el trabajo de los actores, claramente su especialización se encuentra
en el área del canto y baile, cosas en las que todos destacan
rotundamente, sin embargo, en el área de la actuación, claramente actores dejan
mucho que desear, llevando la obra a ser un poco tediosa y volviendo a los
personajes con un aspecto falso o fingido que no logra una confección profunda
con el público.
En resumen, se trata
de una obra muy amena y emocionante para el público en general, que cuenta con
impresionante tecnología de última generación, y que seguramente complacerá los
deseos de algún escenógrafo, coreógrafo, cantante, técnico, iluminador, músico,
bailarín o simplemente a familias en busca de un poco de buen entretenimiento. Pero
esta obra que puede llegar a decepcionar a actores, directores o grandes
fanatices de la obra.
Reseña
por: Ximena Montes de Oca.
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